30 jul 2012

Alexandre y Ye, la pareja improbable


Por edad, Alexandre Vinokourov podría ser el padre de Ye Shiwen pero la casualidad ha querido que el parentesco se reduzca a dos actuaciones increíbles en los primeros días de Londres 2012. Como un fantasma del pasado, el ciclista kazajo, sancionado dos años por dopaje en 2007 y acusado por algunos medios de haber comprado la victoria en la Lieja-Bastogne-Lieja de 2010, ha ganado a los 38 años (sí, 38 años) la medalla de oro en ciclismo en ruta, al tener a su edad más piernas que el resto de la fuga de veintitantos corredores que burlaron la vigilancia de la selección británica. Desde el futuro y para poner aún más a prueba nuestra paciencia, nos ha visitado la nadadora china, de 16 años, quien ha rebajado cinco segundos su plusmarca personal y un segundo el record del mundo de 400 estilos, y ha nadado la última piscina al ritmo de la carrera masculina (sí, los últimos 50 metros al nivel de uno de los mejores de todos los tiempos, Ryan Lochte). Esta pareja improbable debería hacer que nos planteáramos seriamente acompañar con alcohol las tardes olímpicas, pero uno tiene ya mucho aguante y se conforma con tabaco.

Ye Shiwen, tras nadar los últimos 50 como Ryan Lochte

Por otro lado, ha resultado verdaderamente clarificadora la actitud de nuestros chicos del fútbol, incapaces de meter un gol a las potencias de Japón y Honduras, que han demostrado unos maravillosos modales de macarras subiditos. Para ser sinceros, es un alivio que la selección haya sido eliminada, porque el fútbol en los Juegos es como ese cuñado inaguantable al que no soportas pero tiene que estar. Esperemos que ahora Televisión Española se digne a ofrecer en directo por La 1 las pruebas importantes de la competición: el atletismo, la natación y la gimnasia.

En referencia a estos deportes, y como no podía ser de otra manera, ya han comenzado los habituales lamentos patrioteros cuatrienales sobre el pobre nivel español en las disciplinas básicas. Nada sorprendente. En este país se alienta a los niños a que se conviertan en el macarra subidito de la clase que juega al fútbol y no existe estructura ni afición para crear las condiciones desde la base y tener alguna opción en este tipo de competiciones. Con apuntar que el último mundial de atletismo no fue emitido por ninguna televisión española y nadie se escandalizó, ya está todo dicho.

Por lo demás, las cosas van más o menos como estaba previsto, salvo la absoluta pobreza de la ceremonia de inauguración que nos brindó el cineasta Danny Boyle. Algunos medios han demostrado una incompetencia o, en el mejor de los casos, una amnesia sorprendente al comparar este bodrio flojito y cutre con la brutalidad que vimos en Pekin, espectáculo grandioso y desmedido que será difícil de igualar en décadas. Y es que los chinos lo mismo te organizan una barbaridad irrepetible post comunista siglo XXI que te bajan un segundo el record mundial en una piscina. Y se quedan tan anchos. Como Ye Shiwen, que considera que hizo una carrera mejorable en la final de 400 estilos: “Me queda margen de mejora porque no sé nadar bien la braza, ni hago los virajes correctamente, ni soy tan buena en mi crol”. Pues en crol nadas como Ryan Lochte, hija mía.



No hay comentarios:

Publicar un comentario